
Por Catalina Dabezies.
En el mes de diciembre, luego de postergaciones, y tras dos largos años de pandemia, se realizaron en el Centenario, dos tremendos shows musicales, de una calidad y calidez impresionantes.
Estas son las crónicas de una fan, que tuvo la suerte de asistir a ambos eventos. Me llenaron de música el alma, me alegraron el año, y me hicieron disfrutar como hacía rato no lo hacía.
NTVG
Luego de 22 meses sin tocar, la banda volvió a los escenarios, al contacto con su público, y lo hizo en grande. El recital, que si bien era la presentación de su último disco “Luz”, paseó ampliamente por su repertorio, comenzó con “Llueve tranquilo”, tal fue la canción elegida para todos poder gritar que “nunca esperamos que se viniera una tormenta tan larga”.
La alegría que tenían esos muchachos por volver al escenario, era idéntica a la que tenía el público por escucharlos, cantar y saltar todas sus canciones.
Debo decir que me maravilló ver tanto padre con hijos, rompiendo así esa brecha generacional, pudiendo disfrutar por partida doble. Así fue mi caso. Con mi hijo fuimos a verlos hace mucho al Velódromo, y volvimos a compartir ahora en el Estadio Centenario.
“Luz” fue producto del parate de la pandemia, el grupo estaba en plena gira, se tuvo que recluir forzosamente, dando lugar a la grabación de este disco que fue lanzado en mayo de este año, pero quedaba pendiente su lanzamiento en vivo.
Debo de decir que fue un recital muy cuidado, no solo por la banda que la rompió, quien filmaba y proyectaba en las pantallas merece un aplauso.
Fueron variados los invitados a tocar en el show, como fui el primer día, el factor sorpresa jugó a favor. Así fue como escuchamos a Nicki Nicole en “Venganza”, Mery Deal en “Chau” y el juego de ilusionismo mientras nos deleitaban con el Ballet Nacional de la mano de Rosina Gil mientras los integrantes de la banda corrían para acceder a una suerte de terraza en medio del público para interpretar algunas canciones desde allí. En una suerte de show acústico que deslumbró. Me quedo con el comentario de Emiliano Brancciari de que lindo se veía todo desde ahí, para agregar que una de las cosas que me encantó, es que se vió disfrutar a la banda, tanto como disfrutamos todos nosotros.
No pensé que tocaran “Clara”, y debo confesar que me emocioné. Todo el estadio coreo la canción junto a la banda.
Fue en todo momento un “toma y daca” sintiendo que ambas partes se vieron beneficiadas. El público estaba sediento de volver a un espectáculo así, y la banda se expresó feliz de retomar los conciertos, dando todo de si.
Destacable fue ver en la pantalla antes del show la versión de “Nunca más a mi lado”, canción que aborda la temática de violencia de género, interpretada por Cristina Morán en el recitado y varias y excelentes cantantes.
JAIME ROOS
Luego de 6 años y 6 reprogramaciones, el tan esperado show tuvo lugar también en el Estadio Centenario. Y permítanme decir que fue memorable, todo un acontecimiento el haber estado ahí, en el concierto “Mediosiglo”.
Desde el principio vi a un Jaime que, debo confesar no me esperaba. En su mejor forma, dDe buen humor, participante con su público, descontracturado, confiado y seguro de sí mismo. Estaba feliz de estar en el escenario, y nos deleitó con un repertorio, quizá ajustado al nuevo escenario: bien murguero.
Comenzó agradeciendo por el aguante, y creo que desde ahí ya se metió a todos en el bolsillo.
Junto a un equipo de grandes músicos, paseó por su repertorio de más de 50 años de artista, emocionándonos a varios. Todos la rompieron: la voz de Jaime, el coro de murga, la batería de Nicolás, la cuerda de tambores, el tecladista, las guitarras. Todo.
A tribuna olímpica completa, fue repasando su carrera, haciendo referencia a personalidades que lo fueron acompañando y que ya no están como El Sabalero o Dino, contando anécdotas, y cantando con su voz tan característica.
Mención aparte, permítanme la deferencia, para «El Zurdo» Bessio que con su también maravillosa voz nos maravilló.
Nadie se movía de su sitio cuando terminó. Podemos decir todos los que estuvimos presentes que si valió la pena la espera, y a Jaime Roos y sus músicos la misma frase con la que arrancó “gracias infinitas, gracias totales”.