
El acné vulgar o acné polimorfo, es uno de los motivos de consulta más frecuente, alrededor del 80% de los adolescentes pueden tener diferentes grados de acné. La incidencia disminuye después de los 20 años. Afecta a ambos sexos, con ligero predominio en varones según algunos artículos, en quienes se suelen observar las formas más severas.
Se acepta que existe una herencia dominante sobre la que podrían influir distintos factores ambientales, hormonales, cosméticos, emocionales e incluso alimentarios.
El acné es una patología crónica pero autorresolutiva, que puede requerir tratamiento en mayor o menor grado durante varios años. Debemos explicar que los tratamientos no son milagrosos pero hay que ser constante con las indicaciones médicas y es importante que el paciente conozca su patología.
El cuadro clínico se caracteriza por un polimorfismo que se asocia a distintas lesiones elementales, lo que condiciona a diferentes formas clínicas según la lesión predominante.
Puede presentar lesiones elementales no inflamatorias (comedón abierto y comedón cerrado), inflamatorias (pápulas, pústulas, nódulos y quistes) y cicatrices, las cuales asientan en zonas de mayor densidad de glándulas sebáceas, como el rostro (99%), espalda (60%) y pecho (15%).
La producción aumentada de sebo (grasa) y la hiperqueratosis folicular determinan la formación de microcomedones (lesión elemental inicial) y los cambios en el microambiente folicular llevan a un crecimiento intenso de la bacteria comensal P. acnes. Este germen secreta diversos productos proinflamatorios ( lipasas, proteasas, hialuronidasas y factores quimiotácticos), los cuales inician y perpetúan una respuesta local inflamatoria.
Un aumento de los andrógenos circulantes al inicio de la pubertad estimula la producción de sebo en la unidad pilo-sebácea. Estos andrógenos son de origen gonadal (ovarios y testículos) y suprarrenal. La testosterona estimula la proliferación de las células sebáceas y la formación de sebo.
Clásicamente se aceptaba que solo los andrógenos eran capaces de estimular esta glándula, hoy en dia se conocen neuromediadores que pueden inducir la producción de sebo. Este hallazgo da un soporte fisiológico a la observación clínica de que el stress puede influir en el acné.
Es importante la consulta dermatológica para su diagnóstico y realizar los estudios necesarios para poder recomendar el mejor tratamiento local o sistémico dependiendo el tipo de acné.
Existen múltiples posibilidades terapéuticas para el tratamiento del acné vulgar, métodos terapéuticos coadyuvantes como las técnicas cosmetológicas médica
Actualmente existe una variedad de cosméticos, maquillajes y filtro solares especiales para estos pacientes que se combinan perfectamente con los tratamientos médicos.
Andrea Badiola
Técnica en cosmetología médica