
A Copenhague llegamos informados. Sabíamos de su arquitectura, antigua y moderna, de la practicidad escandinava que ya habíamos experimentado en Suecia y teníamos en cuenta la expectativa de ser de las ciudades más esperadas en este viaje.
Así que con mucho gusto les voy a contar qué hacer cuando vengan a Copenhague.
La postal de Nyhavn
La que no te puede faltar en la cámara o en tu celular, es la foto más memorable de Copenhague.
El barrio fue creado por el Rey Christian V como paseo portuario, se imaginarán que no tenía ni cerca la prolijidad y limpieza de hoy.
Debajo del emblemático Nyhavn 17 existe hasta hoy la casa de tatuajes más antigua del mundo que data de 1884, donde se tatuaba el Rey Federico XI.
Hans Christian y su sirenita
Aunque mucha gente se decepcione con su tamaño o que simplemente es una estatua, (quizás esperan un animatronic o algo parecido), La Sirenita no puede ni debe faltar en tu recorrido. Su construcción fue a pedido por la familia más rica de Dinamarca. Los Jacobsen, fundadores de la cerveza Carlsberg, además de dar este regalo al mundo le dieron a Copenhague una variada colección de arte, entre ellas La Sirenita.
El parque de Churchill y sus sorpresas
¡Este parque es hermoso!
Es de esos que vas caminando y encontrando joyitas por el camino.
Si van sin mapa (sin google maps) mejor, déjense llevar por los caminitos que quizás se topen con un molino, el fuerte en forma de estrella y quién sabe qué más.
Jardines de Tivoli
Con la seguridad de ser el segundo parque de atracciones más antiguo de Dinamarca la oferta del Tivoli es superior. Tuvimos el placer de presenciar la Inauguración de la temporada de Halloween y fue ingresar a un mundo mágico y volver a la inocencia de la niñez.
El parque abrió sus puertas el 15 de agosto de 1843 y lo más increíble es que conserva la forma de sus orígenes. En su interior, además de la variedad de juegos para todas las edades, podés disfrutar de una sala de teatro y conciertos, varios restaurantes, cafeterías y un hall de comida que da al exterior del parque. De los juegos se destacan la montaña rusa, propiciadora de la mayoría de los gritos que se escuchan en el parque.
Una de las atracciones más visitadas es The Fairytale House de Hans Christian Andersen, un paseo mágico por su historia y sus maravillosos cuentos.
Nos subimos al Swing Carousel, inaugurado en 1907 y que sólo se utiliza en las temporadas Halloween y Navidad. No aptos para personas con vértigo, pero si no te asusta la altura te lo recomiendo.
También nos animamos a entrar al Hospital, una casa del terror bastante bien armada para llevarte un buen susto. Mi recomendación: vayan en alguna fecha especial para disfrutar de la decoración del parque y lleven abrigo para disfrutarlo también en la noche, donde las luces hacen la magia.
Tivoli es una visita más que obligada, tengan la edad que tengan y aunque vengan por pocos días, es una experiencia que se va a quedar con ustedes, les aseguro, toda la vida.